lunes, octubre 08, 2007

Hacen ya cuarenta años

Hace cuarenta años, en la quebrada del Yuro, Santa Cruz, fue derrotado en combate el guerrillero Ernesto “Che” Guevara, al día siguiente de su captura fue ejecutado. El ahora mítico “Che” vino a Bolivia queriendo iniciar un proceso de violencia armada para expandir la revolución cubana a todo el continente latinoamericano. Tras el paso violento por algunos cargos en el nuevo gobierno de Cuba, Guevara se trasladó al Congo Belga con propósitos militares. Después del fracaso de un intento de revolución en el país africano, el “Che” llegó a Bolivia para organizar un movimiento armado. La guerrilla de Ñancahuazú tampoco prosperó; el ejército boliviano logró desarticular al grupo de guerrilleros. Éstos no pudieron conseguir la adhesión de los campesinos, tampoco el apoyo de los partidos de izquierda del país. Guevara y sus hombres se apuntaron un fracaso político y militar.

Después del combate, de los enfrentamientos, de los muertos, de la memoria de esos hechos históricos llegan los actos cívicos. Dentro de ellos caben muchas preguntas. ¿Quién merece los homenajes? ¿Los guerrilleros que lucharon y los que murieron tratando de instaurar los ideales en los que creían firmemente? ¿Tal vez los soldados bolivianos que combatieron contra un grupo armado defendiendo la Constitución y la soberanía del país? ¿O serán todos juntos los que merecen ser recordados? ¿Quiénes son los verdaderos héroes?, si es que los hubo.

Recordando los cuarenta años de los hechos de Ñancahuazú, se preparó un homenaje a Ernesto “Che” Guevara en la población de Vallegrande; pero también se organizaron actos conmemorativos en las guarniciones militares para festejar la victoria del ejército y para recordar a los cincuenta y cinco soldados bolivianos muertos en combate.

El Presidente de la República, don Evo Morales Ayma decidió asistir al homenaje en Vallegrande, con lo cual no participó en ninguno de los actos de las Fuerzas Armadas. Sabemos que la máxima autoridad del país, por su ideología política, está muy ligado al pensamiento y a la figura del guerrillero argentino-cubano; pero es importante recordar que, en su condición de mandatario de la nación, el señor Morales es también Capitán General de las FFAA. Las decisiones que tome o deje de tomar ya no son sólo personales; él es una figura pública, representa a un país, y sus actos tienen carácter político, y en este caso militar.

Cuarenta años después. Supongo que los seguidores del “Che” Guevara se sintieron muy orgullosos de contar con la presencia del Presidente de Bolivia y los embajadores de Cuba y Venezuela en los actos organizados para recordar la muerte del guerrillero. Supongo también que los oficiales, suboficiales y la tropa de las Fuerzas Armadas del país sintieron la ausencia de su Capitán General. Con todo el simbolismo que despierta la figura de Ernesto “Che” Guevara, con el respeto y la admiración que me merecen los ideales por los que peleó, creo que el señor Morales es, ante todo, Presidente de la República, y, en segundo lugar, seguidor de tal o cual postura ideológica. Como ciudadano boliviano, sin ánimo de caer en chauvinismos, me siento mal representado e indignado por la actitud de nuestra máxima autoridad.

6 comentarios:

Daniel Mercado dijo...

Benvingut! Welcome! Bienvenido! a este universo de los blogs. Me alegra que te hubieras animado. Respecto a este tema del Ché, coincido bastante contigo, te recomiendo dos artículos, uno lo encuentras en este link: http://www.johannhari.com/archive/article.php?id=1192, ahí mismo encontrarás el enlace al que sostiene una opinión contaria. Vale la pena leerlos. Un abrazo.
P.D. Te agrego a mis links, con tu permiso.

Armando Vallejo Waigand dijo...

Es curioso, da la casualidad de que en España se está debatiendo la Ley para la Memoria Histórica. Su objetivo es condenar oficialmente el régimen franquista y reparar el daño moral sufrido por sus víctimas. No sé si era necesaria una Ley para eso, pero considero saludable la restauración de la justicia aunque sea con retraso. Solo que en la redacción de la propuesta de ley sus propulsores tuvieron un pequeño descuido: olvidaron a las víctimas del otro bando en la Guerra Civil y a los castigados (sobre todo religiosos) de la II República, previo al franquismo.

Respecto al 'Ché', coincido plenamente contigo. Y una pregunta: ¿cómo sería recibido por los 'revolucionarios' de Bolivia, Venezuela o España la aparición de un personaje cono el 'Ché', que hiciera oposición a las injusticias que aún se cometen en estos tres países?

Rebelde dijo...

Algunos sís y muchos nos. La figura de Evo Morales (presidencial) es evidentemente importante. Si Evo Morales no fue a la 'celebración' que el ejército preparó para sus caídos debería dar una buena razón, también de manera pública, puesto que, como dices, es el primer comandante del las FFAA. Pero eso es todo. Ahora, me pregunto si es que las acciones militares de ese entonces obedecían de verdad el mandato soberano de defender Bolivia o, en su defecto, obedecían al regente mundial de nuestros tiempos. Si es lo primero, entonces los llamaría héroes, pero si es lo segundo los llamaré estúpidas marionetas del estúpido presidente acartonado de ese entonces.
Creo que el conflicto armado del que nos ocupamos tenía su razón de ser, su contexto y su tiempo, ero sobre todo tenía su filosofía; una filosofía que ninguno de nuestros gobiernos pudo tener nunca. Ni siquiera el intelectual Mesa. Ahora, aparentemente, las cosas parecen tener una ligera ideología (todo un ch'enko, es verdad, pero al menos estamos en el google más que ayer), y aunque no es el mejor de los gobiernos que hemos tenido, tiene al menos el atrevimiento de ir contra la corriente, con aciertos, éxitos, tumbos, tropiezos y por supuesto errores y varios fracasos.
El otorgar 'by default' a los más poderosos el derecho de aplastarnos es una injusticia y luchar defendiendo esa injusticia es ser lo opuesto a lo que el movimiento del Che pretendía. ¿Su pecado?, venir a este fin de mundo a tratar de cambiar nuestra ideología, tropezándose con la gran piedrota de nuestra idiosincrasia retrógrada y facilona.
El Che triunfó en Cuba, fracasó en en Bolivia, pero porque estuvo solo. En Bolivia, como siempre, los valientes boconcitos le quitaron su apoyo, ninguna novedad. Él lo sabía y lo describió con detalle. Y aún así no hemos aprendido: seguimos pateándonos entre nosotros, exigiendo y demandando lo que no hacemos. Rompiendo nuestras palabras y faltando a nuestras promesas. En eso, al menos creo yo, el Evo trata de no caer, aunque muchos lo critiquen etiquetando su accionar como su primer pecado. Al fin y al cabo era nomás pues un campesino: ¡echémosle la culpa, pues, al sistema que tanto defendemos!

Raffo dijo...

Daniel:

Gracias por la visita. Haber si pensamos en unificar cosas y crear nuevas plataformas. Te estamos esperando.

Raffo dijo...

Armando:

Primero que nada, bienvenido a este espacio, espero podamos charlar más soñando con un mundo mejor.

Respecto a tu pregunta, creo que de tanto en tanto surgen figuras revolucionarias porque se hacen necesarias en ciertos momentos históricos. Estas figuras siempre van a encontrar gente (mucha o poca) que comparta sus ideales. Son estas figuras las que nos hacen caer en cuenta de las injusticias. Pero, no debería ser necesario esperar su surgimiento para hacer algo. El mundo ya está cansado de violencia, por muy lícitos que sean sus fines. Ahora necesitamos construir diálogos, pensar conjuntamente. La verdadera revolución no se la lleva adelante con víctimas de por medio.

Raffo dijo...

Rebelde,

Bienvenido a la discusión.

Antes de todo decirte que estoy en contra de la violencia, venga de donde venga, ya sea de la izquierda o de la derecha.

Respecto al homenaje, creo que el Presidente representa al país, más allá de sus sentimientos e ideologías. En eso estamos de acuerdo.

Ahora, Evo Morales creo que levanta la frente del país delante de aquellos que antes se creían nuestros dueños. En lo que yo no estoy de acuerdo es en que la revolución no sea más que cambiar de dueño. Ciertamente ante USA ya no estaremos con la cabeza "tan" agachada (porque cuando se tiene que pedir su ayuda seguimos yendo nomás calladitos), pero la estamos agachando frente a otros. Por muy rojo, verde o amarillo que sea el titiritero es titiritero.